
Publicado: 03/05/2015
El
plástico que utilizamos para la fabricación de cajas de poliestireno en Santiago de Compostela se obtiene mediante
un complejo proceso llamado polimerización. El poliestireno parte de un
compuesto denominado etilbenceno que se calienta en presencia de una pequeña
cantidad de un compuesto peróxido para que actúe como catalizador, rompiéndose
para generar radicales libres.
Cada uno de estos radicales va uniéndose a una molécula del monómero y éstas, a su vez, van uniéndose
entre sí, creando el polímero de poliestireno. Durante el proceso de polimerización se introduce pentano, un
hidrocarburo saturado que, a temperatura ambiente, adquiere la forma líquida. Se
introduce en una tolva, generalmente de acero, donde se inyecta vapor de agua, que calienta el pentano haciendo crecer el tamaño de las pequeñas bolitas de
poliestireno. Estas bolitas, que han aumentado su tamaño hasta 50 veces, pasan
a un silo donde se enfrían. Una vez estabilizadas, se introducen en los
diferentes moldes en los que nuevamente se aplica vapor de agua, lo que provoca
una nueva expansión de las bolitas hasta ocupar todo el espacio del molde.
Como resultado de este proceso, nuestras cajas
de poliestireno de Santiago de Compostela, son perfectas para la
conservación de alimentos, pues ni hongos ni bacterias pueden encontrar en ellas
ningún sustrato nutritivo; al contrario, crea una barrera infranqueable para todo tipo de microorganismos, lo que convierte
a estos envases en un material ideal para el transporte de productos frescos
(pescados, carnes, frutas, hortalizas…). Además, su ligereza y su baja
conductividad térmica son dos características que los hacen especialmente
recomendables para el transporte de alimentos elaborados donde se quiere
mantener las condiciones de temperatura.
Las cajas de Poliestireno Chelis garantizan la mejor conservación de tus
productos.